Yves Saint Laurent Beauté ha
creado una edición limitada del emblemático frasco de Opium
para rendir homenaje a los más de 40 años de esta célebre
fragancia. Las seguidoras de YSL están de enhorabuena.
En 1977, Yves Saint Laurent creó
su obra maestra olfativa, el mismo año en que fue coronado como «rey
de la moda» por la revista Time. Su deseo era trasladar al público
su visión de un intrépido explorador que recorría los lugares más
recónditos del mundo, que almorzaba en lujosos palacios, adiestraba
hermosos caballos kirguís, escuchaba atento las palabras del dalái
lama y danzaba hasta el borde mismo del desfallecimiento con los
espectaculares derviches del Cuerno de Oro.
- Una visión que dio origen a una fragancia bautizada con el nombre de Opium, símbolo de una adicción al amor y a una vida repleta de aventuras en los parajes más exóticos. La fantasía de un romance eterno o, en palabras del propio diseñador: «el flechazo, el éxtasis fatal» tras esa primera mirada entre un hombre y una mujer.
UNA INTRÉPIDA MUJER
Al igual que sucedía con todas y cada
una de sus creaciones, Yves Saint Laurent se inspiró en la mujer
como esencia para dar origen a Opium.
- Imaginó, en primer lugar, una fragancia para la emperatriz de China, ya que acababa de presentar su colección de alta costura «Les Chinoises», con sombreros cónicos de estilo oriental y amplios abrigos repletos de bordados. Un espectacular desfile, compuesto por 138 diseños de terciopelo negro adornados con elementos dorados sobre majestuosos tafetanes.
UN FRASCO ATREVIDO
Concebido en homenaje a Oriente, se
inspira en el inrō japonés, una pequeña cajita que se cuelga del
cinturón del kimono.
- El frasco original deja a un lado los códigos establecidos y luce un acabado lacado opaco, con un corte sobrio y elegante que permite apreciar, a través del vidrio, una breve visión de la esencia que oculta en su interior.
- Como toque final, la pasamanería de seda negra —adornada con una perla— se ha confeccionado a mano para aportar una dosis extra de glamour que evoca el mundo de la alta costura que tanto adoraba el propio Saint Laurent.
UNA ESENCIA MÍTICA
¿Cómo se explica la longevidad de
esta adictiva pasión por Opium?
- Creada por los perfumistas Jean Amic y Jean-Louis Sieuzac, la fragancia permitió dar una nueva vuelta de tuerca a los perfumes orientales. En lugar de abrirse con las notas hespérides clásicas, optaron por la intensidad deslumbrante de la mandarina, combinada con unas notas de corazón a base de jazmín y de clavelina (flor que desprende un aroma especiado), realzadas por el acorde ambarino del pachulí y la vainilla, que le da el toque oriental y misterioso que incita a dejarse llevar por los sueños.
Masculina y femenina al mismo tiempo,
voluptuosa y embriagadora, esta fragancia francesa de lujo fue la
primera en ofrecer una concentración tan elevada que permitía
disfrutar de una experiencia olfativa de excepcional duración.
Imágenes: Quehaydenuevo.Yves
Saint Laurent
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