martes, 28 de abril de 2015

En Velázquez 17, un nuevo lugar de encuentro

Ubicado en pleno barrio de Salamanca, El Velázquez 17 llega a Madrid con una ambición muy clara: la de convertirse en el lugar de encuentro de todos a todas horas.
Desde jóvenes emprendedores hasta profesionales consolidados, pasando por artistas e intelectuales. En El Velázquez 17 hay una mesa para todos. Para charlar, chatear o dar vida a grandes ideas.


Las dueñas, Eliza Arcaya y Johanna von Müller-Klingspor, han dado forma a este nuevo proyecto, que mantiene los ingredientes de éxito de su hermano menor, Café Murillo: productos frescos, sabores alegres e internacionales y una estudiada decoración en la que se mezclan delicados toques parisinos, elementos industriales y explosiones de color.
  • El local, de techos altos, exhibe con orgullo su sala principal, bañada por la luz de sus grandes ventanales. Sumergido en una suerte de jardín tropical (pintado en las paredes), nos da la bienvenida con mucha vegetación natural, a través de flores y plantitas en las mesas, en la barra y también en otros rincones del espacio. Entre lámparas colgantes, se divisa un enorme espejo y un cuadro muy colorido.
  • De camino a la entreplanta, con dos salones adicionales, uno de ellos disponible para eventos o una cena íntima, nos topamos con unos cuernos de alces, símbolo del local.

Para todos y a todas horas
El Velázquez 17 quiere cubrir el vacío que Eliza y Johanna sentían cada vez que volvían de sus viajes, trayendo la mejor luz de Madrid y sabores cálidos, que funden con mimo el exotismo de sus creadoras en los platos de siempre.
  • Tras unos brunches en Baltasar o Indochine de Nueva York y unas pintas en Claridge´s de Londres, se preguntaban ¿dónde podemos encontrar ese mismo ambiente en Madrid? Y se contestaron en El Velázquez 17.
  • Autenticidad en los sabores y un entorno acogedor, para disfrutar de las cosas bellas hechas con calma. “Porque el lujo es la vida, pero con otro ritmo”. Así rezan los mandamientos de este nuevo punto de encuentro del barrio de Salamanca.
  • El Velázquez 17 no es un escaparate para dejarse ver es un lugar en que fluye la energía, ese puerto de mar que acoge todo tipo de viajero.
  • Después de una función teatral, para comer pronto o muy tarde, para encuentros de negocios - en el saloncito privado -, para desayunar, para un afterwork, un Gin&Tonic o el brunch de los domingos. Tú eliges el momento, si quedarte en la barra o pedir mesa, El Velázquez 17 pone a tu disposición el mejor ambiente y una de las cartas más completas de la zona.

Calidad non stop
Como la vida misma, El Velázquez 17 siempre continúa, con una cocina abierta todo el día y adaptando su oferta a las horas y los días.
La cocina de Guillermo Teixeira, al mando de los fogones, es honesta, casera, natural y elaborada con productos de temporada.
  • Puedes desayunar a la española (con pincho de tortilla y tostada con tomate triturado), a la andaluza (con pan con tomate y/o extra de pavo), a la francesa (con croissant o magdalena con mermelada y mantequilla), a la americana (con huevos al gusto - revuelto, fritos con aceite de oliva – y bacon, queso, tomate, setas) y también a la carta, eligiendo entre muffins, waffles, donuts, pan y mantequilla o mermelada, vaso de yogurt griego natural con granola y fresas, flautas, o sandwich mixto al grill, entre otros. Sus croissants franceses darán de qué hablar, así como sus helados artesanales o el fondant de chocolate.
  • Los zumos (de naranja, maracuyá o mora) son todos naturales y disponen de una de las mejores marcas del mercado de cafés: Lavazza.
  • Entre las propuestas para abrir apetito, destacan las croquetas, los tequeños con membrillo, las berenjenas y yogurt o las alcachofas salteadas con bacon limón y parmesano. Mientras que, para compartir, podemos optar por las tablas de jamón ibérico de bellota o de ventresca con tartar de raf.
  • El apartado de huevos rotos es otra seña de identidad del establecimiento, los hay trufados, ibéricos y también para vegetarianos (con patatas fritas, parmesano, esparrágos, tomate y espinacas).
  • Hay multitud de opciones para degustar sándwiches (de pollo, roast beef de ibérico, de salmón o de pavo), pastas (trofie con pesto o pasta con ragú de ternera picante), pizzas (de anchoa, con jamón, blanca con aceite de trufa, la Margarita) y risottos (de setas con espárragos), así como platos de carne o pescado. Entre estos últimos, sobresalen el medio pollo con puré de patatas gratinado, la Hamburguesa de chuletón Fort Apache o el tartar maya de atún salvaje cortado en daditos con aguacate, uno de los must de Café Murillo.
  • En el brunch de los domingo (de 12 a 18 horas) no pueden faltar los huevos benedictinos, entre los mejores de Madrid, y los cócteles con cava, por sólo 5 euros, como Bellini o Mimosa. El concepto, que sin duda creará escuela en Madrid, es fiel al de los países anglosajones: pides a la carta y pagas por lo que consumes. Se acabaron esos menús de brunch cerrados, que nunca encuentran las preferencias de todos.
También cuentan con un menú del día por sólo 14 euros, que incluye una ensalada, un plato principal, café y bebida. Y cada día, de lunes a viernes, proponen una opción diferente, en el apartado de 'plato del día'.
  • La carta de vinos opta por variedades jóvenes, diferentes y originales, sin menospreciar a los clásicos, como Pago de Circus o Emilio Moro. Además, cuentan con una amplia oferta de vinos por copas y champagnes.
Ticket medio: 25-30 euros
Horario: de lunes a sábado de 9 a 1.30 horas Domingo de 9 a 17 horas
Fotos: El Velázquez 17

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